lunes, 21 de noviembre de 2011

RITOS FUNEBRES HISTORIA

CONCEPTO SOBRE LAS TRADICIONES EN RITOS FÚNEBRES

 Sabemos que Un funeral es la ceremonia  que se lleva a cabo para despedir a una persona fallecida.
La naturaleza y como se componen los ritos funerarios dependen de cada época y la  cultura de cada contexto social que habite en la tierra sea asi la posición social del difunto y las creencias religiosas de esa sociedad en cuestión.
Los diferentes ritos de funeral son en su base el embalsamamiento, la sepultura o la cremación de un cuerpo sin alma.
Estas prácticas, estrechamente relacionadas con las creencias religiosas sobre la naturaleza de la muerte y la existencia de una vida después de ella, implican importantes funciones tanto psicológicas, sociológicas como tambien simbólicas para los miembros de una colectividad o sociedad en relación. Así, el estudio del tratamiento que se dispensa a los muertos en cada cultura proporciona una mejor comprensión de su visión de la muerte y de la propia naturaleza humana. Los rituales y costumbres funerarias tienen que ver no sólo con la preparación y despedida del cadáver, sino también con la satisfacción de los familiares y la permanencia del espíritu del fallecido entre ellos.
Las diferentes formas de despedir al cadáver varían en función de las creencias religiosas, el clima, la geografía y el rango social. El enterramiento se asocia al culto de los antepasados o a las creencias en la otra vida.


RITOS FUNEBRES HISTORIA

Según los historiadores, en Egipto los funerales iban precedidos de un juicio público: si la vida del difunto había sido irreprensible se procedía a los funerales, pero en caso contrario el cadáver era enterrado en una fosa común llamada Tártaro no escapando ni los mismos reyes al juicio. Al que moría dejando deudas, no se le hacían funerales hasta que la familia las había saldado.
Los Hinduistas realizaban (y realizan aún hoy) una ceremonia fúnebre con ofrenda de alimentos llamada antiyesti, previa a la cremación del cadáver y la posterior disposición de las cenizas en algún río sagrado. Era costumbre (abandonada desde mediados del siglo XX) que las viudas se arrojasen a la pira donde ardían los cadáveres de sus maridos, uso bárbaro que los invasores ingleses se afanaron por hacer desaparecer de la India.
Entre los judios, los funerales duraban siete días y treinta días, si se trataba de príncipes o reyes. Durante este tiempo, los parientes ayunaban iban con la cabeza descubierta y descalzos y dormían sobre la ceniza revestidos de cilicios. Por lo general, los cadáveres eran enterrados.
Entre los ateniense, el cuerpo del difunto, lavado y perfumado era expuesto en el vestibulo de su casa y se procedía al entierro con gran solemnidad, formando parte de la comitiva tocadores de flauta, los hijos, las mujeres lanzando agudos gritos y mesándose los cabellos, los parientes y los amigos. El cadáver era quemado e inhumado, se pronunciaba el elogio del difunto si era personaje importante o había muerto por la patria y se terminaban las ceremonias con un banquete.

Los primitivos cristianos enterraban a los difuntos como los judíos y los cuerpos de los martires eran inhumados en las catatumbas pero después fue costumbre general que las personas pudientes fuesen enterradas en las iglesias.En Roma, en cuanto el agonizante había lanzado el último suspiro se le quitaba la sortija, se le cerraban los ojos y la boca y se le llamaba tres veces por su nombre. El cuerpo lavado, perfumado y revestido con los mejores trajes permanecía expuesto muchos días en el vestíbulo de la casa mortuoria. En los primeros tiempos de la república, el entierro se verificaba siempre de noche. Iba a la cabeza de la comitiva un maestro de ceremonias seguido de licores vestidos de negro. Seguían a continuación los músicos, las plañideras o llorones (praficae) con lacrimatorios de barro o de vidrio, los arquimimos que representaban con gestos las principales acciones de la vida del difunto, los esclavos libertos, los retratos de los antepasados y las insignias. El cuerpo era llevado en una litera (féretrum) por portantes especiales o bien por la familia o elevados personajes y seguían detrás los parientes cubiertos con velos y exhalando gritos lastimeros. Se pronunciaba el elogio del difunto en el foro si era personaje notable y en seguida era llevado el cadáver a la pira encendida siempre extramuros. Se recogían las cenizas en una urna y eran colocadas en el sepulcro de la familia (columbarium). El entierro iba seguido de banquetes (silicernia) y a veces, de juegos fúnebres. Los cuerpos de los pobres eran conducidos en un ataúd común (sandápila) e inhumados sin ninguna ceremonia. Sin embargo, las personas modestas habían constituido «colegios funerarios» para asegurar a cada uno de sus asoiados una sepultura decorosa y oraciones fúnebres.
CHINA


ROMA


ESPAÑA


JAPON


GRECIA


AFRICA

TIPOS DE CONSERVAR O PROCESAR EL CUERPO YACENTE

 SEPULTURA

Las sepulturas son comunes a casi todas las culturas humanas, con diferencias en cuanto a rito y decoración dependiendo de las creencias con respecto a la muerte y la existencia después de ella. Algunas culturas, como la egipcia, sepultaban a sus muertos con todas sus posesiones terrenales, pensando que las necesitarían en el mas alla.Una sepultura es el lugar donde se entierra a una persona o animal tras su muerte. Generalmente se agrupan en un cementerio y su ubicación esta señalada por una lapida.


ESTADOS UNIDOS



CREMACION

La cremación es la práctica de deshacer un cuerpo humano muerto, quemandolo, lo que frecuentemente tiene lugar en un sitio denominado crematorio.
Junto con el entierro, la cremación es una alternativa cada vez más popular para la disposición final de un cadáver.




Procesos modernos de cremación

 

El proceso de la cremación tiene lugar en el llamado crematorio. Consiste de uno o más hornos y utillaje para el manejo de las cenizas. Un horno de cremación es un horno industrial capaz de alcanzar altas temperaturas (de aproximadamente 870 a 980 grados), con modificaciones especiales para asegurar la eficiente desintegración del cuerpo. Una de esas modificaciones consiste en dirigir las llamas al torso del cuerpo, en donde reside la principal masa corporal.
El crematorio puede formar parte de una capilla o una agencia funeraria, o también puede ser de una construcción independiente o un servicio provisto por un cementerio.
Los hornos usan un número diverso de fuentes combustibles, tales como el natural o el propano. Los modernos hornos crematorios incluyen sistemas de control que monitorean las condiciones bajo las cuales la cremación tiene lugar. El operador puede efectuar los ajustes necesarios para proveer una combustión más eficiente, así como de asegurarse de que la contaminación ambiental que ocurra sea mínima.
Un horno crematorio está diseñado para quemar un solo cuerpo a la vez. Quemar más de un cuerpo simultáneamente es una práctica ilegal en muchos países.
La cámara donde el cuerpo es colocado es llamada retorta, y está construida con ladrillos refractarios que ayudan a retener el calor. Estos ladrillos requieren ser reemplazados cada 5 años debido a que la continua expansión y contracción causada por el ciclo de temperaturas suele fracturarlos.
Los modernos crematorios suelen ser controlados por un ordenador o computadora y están dotados de sistemas de seguridad y candados para que su uso sea legal y seguro. Por ejemplo, la puerta no puede abrirse hasta que el horno ha alcanzado su temperatura óptima, el ataúd se introduce en la retorta lo más rápido posible para evitar la pérdida de calor, a través de la parte superior de la puerta. El ataúd también puede ser introducido velozmente mediante una banda transportadora, o una rampa inclinada que puede permitir su introducción dentro del horno quemador.
En los crematorios se permite a los familiares ver la introducción del ataúd dentro del horno y a veces esto se hace por razones religiosas, por ejemplo la cultura hindú; sin embargo, a pesar del respeto con el que el difunto es tratado, esto es fundamentalmente un proceso industrial, y no es recomendable para las personas sensibles o débiles de corazón.
Los crematorios tienen un tamaño estándar, un gran número de ciudades disponen de hornos de mayor dimensión capaces de manejar difuntos con una masa corporal de hasta 200 kg. Sin embargo, las personas obesidad  son preferentemente sepultadas en lugar de ser destinadas a la cámara crematoria.

Contenedor para el cuerpo

Un cuerpo destinado a ser incinerado primero es colocado en un contenedor para cremación, el cual puede ser una caja de cartón corrugado o un ataúd de madera. La mayoría de los fabricantes de ataúdes proporcionan una línea de ellos destinada especialmente a la cremación. Otra opción es una caja de cartón que queda dentro de un armazón de madera, diseñado para parecerse a un ataúd tradicional. Después del funeral y antes de la cremación, la caja interior es retirada del armazón de madera, permitiendo la reutilización del armazón en otro funeral.
Algunas funerarias pueden ofrecer también alquiler de ataúdes, que son ataúdes tradicionales, usados sólo durante los servicios fúnebres, y después el cuerpo es transferido a otro contenedor destinado a la incineración. Los ataúdes en alquiler, suelen ser diseñados con camas y líneas movibles y reemplazables al final de cada uso.
En australia, el difunto es incinerado dentro de un ataúd suministrado por la funeraria. Los ataúdes reutilizables o de cartón son desconocidos. Si el costo es un asunto problemático, se pone a disposición una línea de ataúdes de madera aglomerada, conocida en el mercado como «ataúd económico». Los asideros (si son solicitados) son de plástico aprobado para su uso en la incineración. Pueden ir desde madera aglomerada sin acabado o cubierto con tela de terciopelo (si es solicitado), hasta madera salida. La mayoría prefiere la madera aglomerada chapada.
Las cremaciones pueden ser servicio único sin ninguna ceremonia religiosa dentro de la capilla del crematorio (aunque hubiese habido alguno) ni precedido por algún otro. El servicio único permite planificar las cremaciones, para hacer un mejor uso de los hornos, debiendo mantener el cuerpo durante la noche dentro de un refrigerador. Como resultado, los honorarios aplicables son más bajos. Servicio único es referido a menudo como "El servicio occidental de capilla".

Incineración y recolección de cenizas

La caja que contiene el cuerpo es colocada en la retorta e incinerada a la temperatura de 760 a 1150 °C. Durante el proceso, una gran parte del cuerpo (especialmente los órganos) y otros tejidos suaves son vaporizados y oxidados debido al calor y los gases son descargados en el sistema de escape. El proceso completo toma al menos dos horas.
Todo lo que queda después de que la cremación concluye son fragmentos secos de hueso (en su mayor parte fosfatos de calcio y minerales secundarios). Estos representan aproximadamente el 3,5 % del peso del cuerpo original total (2,5% en niños, aunque hay variaciones debidas a la consistencia del cuerpo). Debido a que el tamaño de los fragmentos de hueso secos están estrechamente conectados a la masa esquelética, su tamaño varia de persona a persona. El cráneo de la persona conserva su forma y parte de su densidad.
La joyería, tal como relojes de pulsera, anillos y pendientes, son ordinariamente retirados del cuerpo y devueltos a los familiares. El único artículo no natural que requiere ser retirado previamente es el marcapasos, ya que éste podría estallar y dañar la retorta del horno. En el Reino Unido y seguramente en otros países es obligatorio para la funeraria el retirar el marcapasos antes de entregar el cuerpo al crematorio, y firmar una declaración que indique que cualquier marcapasos ha sido retirado. Después de que la incineración del cadáver ha concluido, los fragmentos de hueso son retirados de la retorta, y el operador utiliza un pulverizador, llamado "cremulador" en donde los procesa hasta que adquieren la consistencia de granos de arena (esto en función de la eficiencia del cremulador); en cuanto al cráneo, en algunos casos como su dimensión no le permite pasar por el orificio del cremulador, es golpeado y aplastado con un instrumento similar a un rodillo, pero de mayor tamaño, el cual se desliza sobre el cráneo carbonizado hasta pulverizarlo y convertirlo en cenizas; esta operación incluso ha sido filmada y exhibida en televisión. Los pulverizadores generalmente hacen uso de alguna clase de mecanismo giratorio, para pulverizar los huesos, tales como los molinos de bolas en los modelos más viejos.
En japon y taiwan, los huesos no son pulverizados a menos de que los familiares lo soliciten previamente, y son recolectados por la familia en una ceremonia funeraria.


Ceremonia funeraria en Japón, los huesos no son pulverizados, la propia familia se encarga de recolectarlos personalmente en la retorta.



No todo lo que queda es hueso, algunas veces se extrae joyería perdida, ornatos del ataúd, amalgamas dentales, e injertos quirúrgicos como prótesis de cadera en titanio, los cuales a la inspección son retirados para evitar algún daño al pulverizador. Los pedacitos metálicos muy pequeños son retirados y enterrados en el suelo común y consagrados a un área alejada del cementerio.

 



Pira funeraria .
Un método alternativo usado en algunas culturas, como la hindú, es quemar el cuerpo en una pira que consiste en una pila de tablas de madera seca en donde se coloca ya sea encima o dentro el cuerpo de la persona. El apilamiento es encendido con fuego, el cual consume a la madera y al difunto. Este método no es común en el mundo occidental, en donde el uso de hornos crematorios está extendido, y además está prohibido por la ley, en algunos países.


Maneras de conservar o disponer de las cenizas
Las cenizas son devueltas dentro de un contenedor de plástico o cartón envueltas en un pequeño saco de terciopelo. Un certificado oficial de cremación acompaña a los restos.
Éstos pueden ser confinados en una urna, o espolvoreados en un sitio especial, una montaña, en el mar o sepultados en un camposanto. Adicionalmente hay servicios especiales, los cuales se encargan de dispersar las cenizas en una variedad de formas y lugares. Algunos ejemplos son, el uso de un globo de helio, acompañado de fuegos pirotécnicos, disiparlas a través de escopetas especiales, o esparcirlas desde un avión. Algunos sugieren el envío de las cenizas al espacio interestelar, y otros el convertirlas en diamante, por un proceso para la fabricación de diamantes sintéticos (puesto que las cenizas consisten principalmente en carbono). También pueden mezclarse en una urna especial con cemento y formar parte de algún relieve artificial.
Las cenizas pueden ser dispersadas en parques nacionales (en Estados Unidos) a través de un permiso especial. También pueden esparcirse en una propiedad privada, previo consentimiento del dueño. Una porción del incinerado puede ser conservada dentro de un medallón especialmente diseñado para tal efecto, conocido como colgante de recuerdo. La disposición final depende de la voluntad final del difunto, así como sus creencias religiosas. Algunas religiones permiten que el incinerado sea esparcido o sea mantenido en casa. Algunas como la católica insisten en sepultar o enterrar los restos.
El hinduismo obliga al familiar masculino más cercano (hijo, esposo, padre) del difunto el sumergir las cenizas en el río sagrado del ganges, preferentemente en la ciudad sagrada de Haridwar, india. Los restos cremados pueden también ser sepultados, en caso de que se tratara de una persona bien conocida.
En Japón y Taiwán las cenizas y fragmentos de hueso son entregados a la familia y se usan en un ritual funerario antes de ser sepultados.



Razones para elegir la cremación o incineración


La cremación permite economizar el uso del espacio en los cementerios
Algunas personas prefieren la incineración por razones personales al resultarles más atractiva que el entierro tradicional. A éstas les resulta muy desagradable la idea de un largo y lento proceso de descomposicion del cadáver prefiriendo la alternativa de la incineración, puesto que se destruyen los restos inmediatamente. En otras culturas como las de Latinoamérica, la cremación no es muy utilizada, aunque algunos las prefieren, pues en estos países suelen enterrar los cadáveres y luego de dos años (tiempo prudencial en que se ha descompuesto el cadáver y ha quedado el esqueleto completamente "limpio") se procede a la exhumacion del mismo para proceder a colocar los restos en un osario, cuestión que resulta desagradable, pues las exhumaciones se realizan en presencia de los familiares.
Otras personas ven la inhumación tradicional como una innecesaria complicación de su proceso funerario, por lo que prefieren la sencillez de la cremación.
Otras personas prefieren la cremación por un simple 'miedo al cajón'. Piensan que es posible un error que permita su entierro en vida. Se han presentado casos expecionales en los que por enfermedad u otras causas el corazón ralentinza e incluso detiene momentáneamente su actividad, además de los casos de catalepsia que estuvieron muy en boga en la literatura del siglo XIX. Estas personas temen recuperar la consciencia cuando se hallan enterradas en su cajón y no poder salir; prefieren, de haber quedado vivas, morir quemadas que vivir enterradas.
La cremación puede resultar más económica que los servicios de sepultura tradicionales, especialmente si se elige la cremación directa, en la cual el cuerpo es incinerado con la mayor brevedad según las disposiciones legales. No obstante, el coste total variará en función del servicio deseado por el difunto y sus familiares. Por ejemplo, la cremación puede tener lugar después de un servicio funerario completo, o del tipo de contenedor elegido.
La cremación hace posible esparcir las cenizas sobre una área determinada, eliminando la costosa necesidad de ocupar un espacio dentro de un sepulcro o cripta. No obstante, algunas religiones como la Católica sugieren el sepulcro o tumba como destino final de las cenizas, lo que añade un costo. El uso de algunos tipos de nichos, llamados columbarios (palomares) se ha extendido debido a la economía en espacio y a su bajo precio, llegando a costar mucho menos que una cripta o mausoleo.
Sin embargo, existen movimientos místicos que recomiendan la cremación para la liberación del alma, de tal forma que pueda volver en otra generación en un menor tiempo, aunque esta afirmación posterior varía según el movimiento al que corresponda (Rosacruz, Gnosticismo, entre otros).

 

 

COSTO Y BENEFICIO AMBIENTAL

 

Beneficio

Para algunos, la cremación es preferible por razones ambientales. La inhumación o sepultura es fuente de ciertos contaminantes ambientales. Las soluciones embalsamantes, pueden contaminar afluentes subterráneos de agua, con mercurio, arcenico y formaldehido. Los ataúdes por sí mismos también pueden contaminar.
La creciente escasez de espacio para los cementerios es otro problema. En Estados Unidos, el ataúd es colocado dentro de una fosa de hormigón o concreto, lo que disminuye el espacio, convirtiéndose en un problema serio. Muchos cementerios, particularmente en Japón y Europa, han comenzado a padecer la falta de espacio. 

 

Por otro lado, investigaciones recientes indican sobre el daño potencial que ocasionan las emisiones de las cremaciones aunque comparativamente pequeñas en escala internacional, permanecen estadísticamente significantes. Entre otras emisiones, los contaminantes orgánicos persistentes, indican que la cremación contribuye con un 0.2% en la emisión global de furanos
Un método alternativo aún no muy difundido es la promacion en la que en lugar de quemar el cuerpo, este es sometido a un enfriamiento extremo que cristaliza todos los tejidos y huesos, para luego convertirsen en polvo.

 

APRECIACIONES RELIGIOSAS DE LA CREMACION

 

Religion dhármica

Mientras la religión abrahamica prohíbe la cremación y prefiere el entierro, las religiones del Este como el hinduismo y el budismo ordenan el uso de la cremación. "Así como las vestimentas viejas son lanzadas lejos y se toman nuevas, el alma sale del cuerpo después de la muerte para tomar otro nuevo". De ahí que el cadáver no sea considerado sagrado, desde que el alma lo ha abandonado; así pues, la cremación no es considerada como poco ética por la religiones orientales. En el sijismo, el entierro no está prohibido, aunque la cremación es la opción preferida por razones culturales más que por razones religiosas.
De acuerdo a las tradiciones hindúes, las razones para preferir la destrucción del cuerpo a través del fuego en lugar de sepultarlo es la de inducir un sentimiento de la separación del espíritu fresco e incorpóreo, a quien será útil alentar en su paso a "el otro mundo" (el último destino del muerto). Esto explica también los entierros de santos varones (cuyo espíritu ya ha sido "separado" suficientemente debido a prácticas ascéticas de toda la vida) y de niños y jóvenes (cuyos espíritus no han vivido casi para desarrollar lazos con este mundo).
Los santos varones son sepultados en la posición de flor de loto y no en posición horizontal como en otras religiones. La cremación es referida como antimsamskara significando literalmente "la última condición".


Cristianismo
En los países cristianos, la cremación perdió aceptación entre las personas. El desaliento de la Iglesia Católica hacia la cremación provino de varias ideas: primero, que el cuerpo es como un instrumento a través del cual se reciben los sacramentos, es por sí mismo sacramental, y debe ser considerado como objeto sacro; segundo, como parte esencial del ser humano, se debe disponer de él de una manera honrosa y reverencial, y muchas prácticas tempranas eran visualizadas como paganas y como un insulto al cuerpo; tercero, como una imitación de la inhumación de Jesucristo, el cuerpo de un cristiano debía ser sepultado, y cuarto, que constituía una negación de la resurrección del cuerpo. La cremación no estaba prohibida porque interfiriese definitivamente con la capacidad de Dios de resucitar el cuerpo; sin embargo, esto fue refutado inicialmente por Minicius Felix, en su diálogo Octavius.
A principios de la edad media y aun tiempo después, pasado el siglo XVIII, racionalistas y clasicistas comenzaron a señalar a la cremación nuevamente como una negación de la resurrección y/o la vida después de la muerte, aunque el movimiento en pro de la cremación muy frecuentemente no tomase mucha atención en discernir sobre los asuntos teológicos acerca de la misma.
El sentimiento intrínseco de la Iglesia Católica contra la cremación vino a endurecerse al afrontar la asociación de ésta con las reglas de los "enemigos profesos de Dios", lo cual vino a suavizarse hacia los años 60. La Iglesia Católica sigue prefiriendo la inhumación tradicional o el sepultamiento del cuerpo, pero la cremación ahora es libremente permitida, en tanto no signifique un rechazo a la creencia en la resurrección del cuerpo.
Hasta 1997, las regulaciones litúrgicas católicas, requerían que la cremación tuviese lugar después de la ceremonia funeraria religiosa, de ser posible de cuerpo presente, el cual debería recibir la bendición y ser sujeto de oración, mencionando al difunto. Una vez que ésta hubiese concluido, el cuerpo podría ser cremado y un segundo servicio religioso podía asistirse en el crematorio o en el momento de enterrar las cenizas como si se tratase del cuerpo en sí. Las regulaciones litúrgicas actuales permiten una misa con el contenedor de cenizas presente, pero se necesita autorización previa del obispo local si es necesario. La Iglesia mantiene los requerimientos específicos para la disposición reverente de las cenizas; normalmente éstas son sepultadas o enterradas en un contenedor apropiado, tal como una urna (en lugar de mantenerlas en la casa de los familiares, aún cuando en algunos hogares católicos suele ser práctica usual). Los cementerios católicos hoy en día reciben restos cremados, los cuales son confinados en nichos especiales.
Por otra parte, algunas ramas del cristianismo se mantienen en oposición a la cremación, incluyendo algunas minorías protestantes. Más notable es la prohibición que mantiene la Iglesia Cristiana ortodoxa, salvo excepciones que son consideradas inevitables (cuando las autoridades civiles o situaciones de posibles epidemias lo requieren). Cuando la cremación es elegida voluntariamente, para una causa no buena para quien muere, a él o ella no se le permite un funeral en la iglesia, y puede ser excluido en las oraciones litúrgicas para los desaparecidos. En la religión ortodoxa, la cremación es considerada un rechazo general al concepto de resurrección, y como tal es visto severamente.

 

Judaísmo

El judaísmo ha desaprobado tradicionalmente a la cremación (que fue uno de los medios tradicionales para disponer de los muertos en la Edad del Bronce vecina a las culturas semíticas paganas). De la misma forma también ha desaprobado la conservación del muerto por medio del embalsamarlo y la momificación una práctica de los egipcios antigua . Durante el siglo XIX y principios del XX, como los cementerios judíos, en muchas ciudades europeas habían llegado a su límite poblacional, la cremación fue aceptada como un medio de entierro entre los judíos liberales. Los movimientos liberales actuales, como La Reforma al Judaísmo, siguen apoyando a la cremación, aunque la inhumación (entierro) permanece como la opción preferida.
Los judíos ortodoxos han mantenido una estricta línea respecto de la cremación. La desaprueban tal y como se prohíbe en el halaka (la ley judía). Este referente halakhi refuerza la resurrección de la persona como una creencia central del judaismo "convencional", en comparación con otras tendencias antiguas tales como el saduceo, que lo niega. También la memoria del holocausto, donde millones de judíos fueron asesinados por los nazis y sus cuerpos fueron dispuestos quemándolos en hornos crematorios o en fosas ardientes, le ha dado a la cremación connotaciones muy negativas para el Judaísmo Ortodoxo de los grupos conservadores.

Religión mormona

Desde su organización en 1830, a través de sus líderes ha exhortado a sus seguidores a evitarla, a menos que sea requerido por la ley, y hasta donde sea posible, para consignar al cuerpo al entierro en la tierra, y a permitir a la naturaleza el encargarse de su disolución, "del polvo has sido creado, y en polvo te convertirás" (Gen 3:19). El presidente Spencer W. Kimball escribió: "El significado de la muerte no ha cambiado, libera un espíritu para el crecimiento y desarrollo, y coloca un cuerpo en la madre tierra". Con el tiempo los regresos mortales del cuerpo al elemento nativo, y si se guarda en un sitio elegido por la familia para el entierro, o se inhuma en las profundidades del mar, cada parte esencial, se restaurará en la resurrección: "Cada miembro y su coyuntura serán restaurados a su cuerpo; aun un pelo de la cabeza no se perderá, todas las cosas regresarán a su marco apropiado y perfecto.

zoroatrismo
Generalmente los Paris prohíben totalmente la cremación como algo que ensucia al fuego, símbolo de todo lo que es sagrado. El entierro es desconocido también, por razones semejantes, y el método tradicional para disponer de un cadáver es el exponerlo como alimento para los buitres en las "torres de silencio". Sin embargo algunas figuras contemporáneas de la fe han optado por la cremación. El cantante freddie Mercury  , líder de Qeen (grupo británico de rock), quien era creyente parsi-zoroastrista, fue cremado después de su muerte. 

Neopaganismo
Acorde a las interpretaciones feministas de los registros arqueológicos, la cremación es un rasgo característico de las religiones patriarcales ; el humo elevándose simboliza el espíritu del difunto ascendiendo al dominio de las deidades padres en los cielos. Mientras que en las religiones matriarcales, se especula que favorecen el enterramiento del cuerpo en posición fetal para representar el regreso del cuerpo a la Madre Tierra a través de la tumba que simboliza el útero. Las religiones neopaganas modernas están a favor de la cremación



EMBALSAMAMIENTO
El embalsamamiento es una práctica, generalmente usando sustancias químicas, en especial resinas o balsamos, con el objeto de preservar de la putrefaccion la integridad de los cadaveres.
Las referencias más antiguas de la práctica se remontan al antiguo egipto pero se ha descrito que la preservación de los cadáveres usando bálsamos y procesos físico-químicos, también se acostumbraba entre las culturas sudamericanas, particularmente en el peru y entre los incas  aunque mediante técnicas diferentes a las egipcias
En la actualidad se sigue sometiendo a un proceso de embalsamamiento los cuerpos de personajes ilustres..
La práctica se originó debido a la creencia en la inmortalidad del espíritu humano, según la mitologia egipcia, dando lugar al desarrollo del embalsamamiento y la momificación, para poder preservar la identidad del individuo en el más allá, de acuerdo con sus costumbres.
En el antiguo Egipto enterraban, inicialmente, a sus muertos en la caliente arena del desierto, en recipientes con hierbas, lo que provocaba que los restos se desecaran rápidamente, previniéndolos así de la descomposición; posteriormente eran sepultados. Más tarde, comenzaron a construir mastabas de adobe, e idear el complejo proceso de la momificación y los rituales asociados con el entierro que dieron origen a los ritos funerarios.
El proceso de embalsamamiento
El embalsamamiento egipcio alcanzó su máximo desarrollo alrededor de la cuarta dinastia. Casi todas las vísceras eran retiradas, excepto los riñones y el corazón, y la cavidad corporal se trataba con natron; después, el cuerpo se recubría completamente con natrón pulverizado.
La persona encargada de efectuar el corte inicial del cuerpo con un cuchillo de piedra, a un lado del abdomen, era elegida en la ceremonia y posteriormente sometido a un ritual de persecución y lapidación, ya que constituía una ofensa dañar el cuerpo del faraon, incluso después de su muerte física.
Después de extraerlo del natrón, el cuerpo era recubierto, tanto por dentro como por fuera, con resina para preservarlo, se envolvía con vendajes de lino, engarzando escarabeos, amuletos y otros talismanes religiosos. En el caso de la realeza, eran colocados dentro de una serie de ataúdes jerarquizados, siendo el exterior un sarcofago de piedra, normalmente. Los intestinos pulmones higado y estomago eran preservados por separado y almacenados en los vasos canopos quedando protegidos así por los cuatro hijos de Horus.
Dos papiros describen el ritual del embalsamamiento, aunque de forma incompleta: el conocido como "Papiro 3 de Bulaq", el más extenso, que se halla en el museo egipcio del cairo, y el papiro número 5.158, que se encuentra en el museo de louvre.




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